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Cenizas
Tu cuerpo de barro entre los árboles,
oscuridad de canoa cingalesa y río.
El bosque retiene
tus prístinas memorias,
silencios y pasados.
Habita el hijo en tus entrañas
y habita el hombre en tu sexo.
Hijo vacío y mudo,
sin trenes ni juguetes.
Hombre de cal seca,
sediento en selvas de zumaque venenoso.
Y tu vientre lleno de surcos,
mujer blanca en sangre,
surca un río yerto,
de arcilla lavada,
de sangre muerta.
Tu cama,
secreto vestido de piedra y río.
Tu hijo,
de los valles tibios en los árboles.
Ceniza,
memoria de bosque
amarrando puertos y troncos.
Se pierde el viento entre las ramas:
Un niño (que es hijo y hombre)
pesca,
trepado a un árbol,
peces que no existen.
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