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SOLDADOS EN LA NOCHE

En el camino descarnado los pasos son imponentes cueros sobre la grava seca de la medianoche. Las voces, cálidas y taciturnas, entre caballos estridentes llenos de enigmas, se abren, se expanden. La oscuridad completa a los árboles. Las madres buscan a sus hijos. El viento empuja la ropa colgada de los tenderos. Las ventanas y cortinas se cierran, junto a algunos candados y polvo. Todo el pueblo se hace noche. Y el miedo se enciende en los hogares. Una familia espera en un sótano. Una niña tiene, entre los brazos de su madre, una muñeca de trapo. Los hombres llevan armas. Y el silencio, de cuando en cuando, asoma, como si fuese suaves silbidos de grillos muertos.

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